Teatro Arriaga Bilbao

Teatro Arriaga

 

El primer edificio es de 1834, se inaugura en los mismos terrenos que ocupa el actual teatro Arriaga el denominado "Teatro de la Villa" que se cedió a un grupo de capitalistas que se asociaron para su explotación comercial. Más tarde, la concesión recaería en la persona de Luciano Urízar Echevarría, y con este empresario alcanzaría el teatro su máximo esplendor.

Nuevo edificio

 

Interior del teatro Arriaga.

En 1883 se acuerda sustituirlo por otro edificio más moderno y amplio ya que se había quedado pequeño ante el crecimiento que estaba realizando la ciudad de Bilbao. También el viejo teatro había sido dañado en las Guerras Carlistas en las que Bilbao había sufrido sendos sitios.

 

Tres años después, en 1886 se comienza a derribar el teatro para comenzar un nuevo edificio que tuviera un aforo de 1.500 butacas y en el sus bajos pudieran utilizarse para poner establecimientos comerciales. El proyecto fue confiado al arquitecto Joaquín Rucoba y Octavio de Toledo, quien reorientó el edificio y amplió los muelles vecinos haciendo que la nueva edificación superara las oposiciones de algunos vecinos, que temían que el nuevo bloque obstaculizara el trabajo en los muelles y la ventilación de la calle Bidebarrieta.

 

Después de cuatro años de trabajos, el 31 de mayo de 1890 se inaugura el nuevo teatro que toma el nombre de la plaza donde se encuentra: plaza de Juan Crisóstomo de Arriaga, compositor bilbaíno. El espectáculo que se representó fue la ópera La Gioconda, de Amilcare Ponchielli.

 

El coste de la instalación cultural fue de un millón de pesetas y estaba dotada de la tecnología más moderna de la época, entre la que destacaba la iluminación eléctrica y la posibilidad de poder seguir las actuaciones musicales desde casa por teléfono mediante el pago de una cuota de 15 pesetas por actuación. Estos avances tecnológicos se unieron a un edificio más bien clasicista en su arquitectura y decoración, con influencia francesa. Su exterior se decoró con unas cariátides de generoso busto que motivaron que los lugareños apodasen al teatro «la casa de maternidad».

 

En 1891, en los bajos del edificio se celebraron las primeras sesiones de la Bolsa de Bilbao.1​ En 1901 el teatro acogió unos Juegos Florales en los que participó Miguel de Unamuno.

 

El edificio

 

Auditorio del Teatro Arriaga.

 

Joaquín Rucoba (1890).

Se trata de una construcción exenta de planta trapezoidal que presenta alzados con cuerpo basamental almohadillado, cuerpo principal de orden gigante con vanos rectangulares y óculos profusamente decorados, y tercer cuerpo de remate separado del anterior por cornisa corrida.

 

La parte central de la fachada principal es de forma curvo-convexa, con balcón corrido sobre ménsulas profusamente decoradas, y cuerpo de remate con abundante decoración escultórica, ubicándose en su centro el gran frontón curvo decorado con lira bajo el que se encuentra el reloj. Esta parte central está flanqueada por cuerpos a modo de torrecillas y otros dos cuerpos laterales achaflanados y de menor altura. En estos últimos, así como en fachadas laterales y traseras, los balcones del piso principal se sustentan sobre ménsulas en forma de atlantes o titanes. Se cuenta que estas esculturas se importaron de Francia, donde se producían en serie con el uso de moldes. Son de hormigón imitando piedra.

 

La cubierta de la parte central es a doble vertiente tanto en su parte delantera en la que se remata por pequeño cimborrio como en cuerpo rectangular de mitad zaguera del edificio. Presenta cúpulas en torrecillas laterales y cubrición inclinada con mansardas en todo el perímetro del edificio.

 

Hay un palco para autoridades con decoración inspirada en el Orient Express que se abre en ocasiones especiales. También hay dos palcos en el escenario con entrada independiente y sin decoración alguna que se construyeron destinados a las viudas que en aquella época exigían discreción.3